Rostros del Pasado

Ya después de haber estado un rato en San Román y de nuevo sin saber a donde ir, entramos en el Centro Histórico de la ciudad. Como cada Domingo, la plaza principal de Campeche hierve de actividad: puestos de comida, golosinas y los mismos restaurantes en los alrededores aprovechan el cierre de las cuatro calles que rodean el zócalo de la ciudad para ofrecer sus coloridos productos a todos los visitantes que aprovechan para pasear por la plaza para conversar o mirar los espectáculos que suelen desarrollarse junto al kiosko.
Como el verdadero ambiente en el lugar comienza ya caído el sol, optamos por aprovechar que los museos del centro cierran más tarde los Domingos. Iván insitió en que visitara el recientemente remodelado Baluarte de la Soledad, que alberga una de las más completas colecciones de estelas mayas en el estado. Sin pensarlo dos veces nos dirigimos hacia allá.
El museo se encuentra en el interior de lo que anteriormente fue parte de las murallas de la ciudad: una pequeña fortaleza que desde su construcción como punto de defensa contra los ataques piratas, igual ha funcionado como cárcel que como aduana marítima. Hoy día está llena de piezas de la cultura maya traídas desde todos los rincones del estado para segurar su adecuado cuidado.Sin embargo entre toda la colección del museo, conformada principalmente por estelas (enormes bloques de piedra esculpidos con inscripciones) destaca lo que es la pieza más hermosa de tal vez toda la cultura maya o incluso del México prehispánico... una máscara mortuoria hecha de jade y que perteneció a uno de los antiguos gobernantes de la antigua ciudad de Calakmul.

Pasé varios minutos observando la belleza de esta pieza... lamentablemente la fotografía no resulta tan impresionante como contemplarla en vivo. La riqueza de los detalles en el rostro, hecho completamente de esta preciosa piedra verde, es para quitarle el aliento a cualquiera. Las facciones del rostro que en primera instancia parece una tosca imitación hablan en su propio lenguaje a cualquiera que la observe, transmitiendo ese sentimiento de permanencia a través de los siglos que debió ser la intención de colocarla en una tumba. Esta máscara es uno de los tesoros más preciosos de nuestro país... por algunos comentarios me enteré incluso que los gobiernos de Egipto y Japón la han solicitado a préstamo a cambio de tesoros de faraones y samurai para ser exhibida en sus respectivos museos.
En la salida del museo, nos enteramos de que la ciudad aún albergaba de forma temporal una exhibición de muchas máscaras mortuorias mayas en el extemplo de San José, apenas a unas cuadras de ahí, por lo que sin mucho vacilar nos trasladamos al lugar.
FABULOSOS TESOROS... fueron las palabras que recorrieron mi cabeza a cada paso que daba en la exhibición de Rosotros del Pasado, Linaje y Poder... Me pareció increíble que tal cantidad de verdaderas joyas arqueológicas estuvieran montadas ahí, sin demasiado protocolo. Eso sí, la iluminación y fichas informativas me permitieron disfrutar plenamente de toda la colección: máscaras, vasos, ánforas, joyas e incluso algunas estelas que en su propio lenguaje me hablaron sobre el concepto del universo y el entendimiento de las relaciones humanas que tuvieron los habitantes mayas del antiguo sureste mexicano. En esta colección me impactó principalmente las demás máscaras de jade extraídas de tumbas en antiguas ciudades mayas, lamentablemente la iluminación y la falta de mi bastón no ayudó a que sacara fotos.
Luego de terminar de ver la exhibición y esperando encontrar un ambiente más nutrido en la plaza principal, nos dirigimos en esa dirección. Efectivamente se escuchaba más bullicio desde unas calles antes de llegar. En el camino nos encontramos con otro sitio muy conocido para los campechanos: la NUEVA ESPAÑA una panadería a un cuadra del zócalo, donde compramos algunos panes típicos como las bolitas de queso y los hojaldres de jamón para poder 'mañosiar' algo mientras estuviéramos en el jolgorio de la plaza.
Compramos unos tés RECA fríos de un puestecillo y nos sentamos a comer pan en la plaza (procuren no ver demasiado mi foto) Mucha gente se da sitio en el lugar cada Domingo por la noche, música en vivo y cosas de comer forman el marco perfecto para pasar una buena víspera. Además, siendo Domingo de Ramos, la catedral estaba llena de gente.
En el kiosko había una exhibición de bailes folclóricos, por lo que el ambiente de la noche era decididamente campechano.
Ya después de estar un rato en el lugar, optamos por concluir el recorrido esa noche para continuar el día de mañana con más andanzas... JOE






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